No siempre como hoy he estado
a un metro y algo más de mi tumba.
Elevado
camino por sobre mi
difícil decir que estoy por llegar
sé que me arrastro.
Amarrado por la cintura al hecho
avanzo y a donde vaya me sigue la sombra.
Vertebrado
no he podido conservar
ni los ojos
ni las plumas
ni el hocico
ni las entrañas.
La costumbre me tensa
y el tiempo me dobla.
Impuro
mi cuerpo es lo único
que mantiene mi cabeza
lejos del reposo.